DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

26 de diciembre de 2011

Hoy también te recordamos, Jesús!

He esperado hasta hoy para escribirles cuando la alegría efusiva por el nacimiento de Jesús comienza a desvanecerse entre otros motivos que cobran vida para alegrarnos nuevamente, o quitarnos la alegría...
Esperé hasta hoy... cuando la vida retoma su rumbo como siempre y entonces somos más propensos a olvidarlo...
Es por eso que esperé hasta hoy... para volver a recordar aquel día...

Hoy también tiene valor el nacimiento de Jesús... igual que ayer. Cada día necesitamos volver a pensar en el milagro tan glorioso que posibilitó a Dios tomar forma humana y habitar entre nosotros.
Venir a esta tierra requería despojarse de Su gloria, de Su poder, Su grandeza y dignidad... y El aceptó descender de los cielos y humillarse como el más pequeño, para salvar aún al más pecador de los hombres.

Jesús nació para traer esperanza a nuestra raza caída, para romper las cadenas del pecado que apresaban nuestras vidas, para alumbar la oscuridad en que se encontraba nuestro corazón; Jesús nació para mostrarnos el camino al cielo y a la vida eterna; para que pudiéramos conocer realmente al Padre y ser reconciliados con El...

No hay ni siquiera uno entre nosotros que no necesite ser salvo por Jesús, no hay ni siquiera un hombre en toda la tierra que sea justo en sí mismo. No lo hay hoy, ni lo hubo nunca. Todos hemos pecado y por eso fuimos destituidos de la gloria de Dios. A causa del pecado fuimos hallados culpables y sentenciados a muerte. Una vez escuché una frase muy cierta: Nacemos a la vida bajo sentencia de muerte...

Pero el Sol de Justicia nació, y en sus alas trajo salvación para todos los que temen Su nombre... (Malaquías 4:2) Cuán grande es Su amor!! Hay esperanza para los que invocan el nombre del Hijo de Dios!!

Cuánta gratitud tiene hoy mi alma por aquel día en que los ángeles entonaron desde el cielo: "¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lucas 2:14).

La luz del Hijo del Altísimo hemos visto y hemos escuchado Su mensaje. Muchos seguirán prefiriendo y amando más las tinieblas... Pero otros creerán y se refugiarán bajo las alas del Salvador.
Yo he creído en El, y he decidido seguirle hasta el fin!

"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz;
los que moraban en tierra de sombre de muerte,
luz resplandeció sobre ellos." (Isaías 9:2)

En Cristo Jesús, Palabras para Animar.

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