DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU ÚNICO HIJO, para que TODO AQUEL QUE EN EL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.
EL QUE EN EL CREE, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, ya ha sido condenado...
Y esta es la condenación: que LA LUZ VINO AL MUNDO, Y LOS HOMBRES AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a ella para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:16-21

1 de enero de 2011

Nuestra lectura de hoy, sábado 1º de enero

Gálatas, capítulos 5 y 6
Efesios, capítulo 1

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos. Siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:9-10)

Que el Señor renueve sus fuerzas para seguir sirviéndole; perseverando en llevar a cabo las buenas obras que Dios preparó de antemano para que abunden en ellas y glorifiquen Su nombre.

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, nos dé espíritu de sabiduría y de revelación, para que podamos conocerle mejor; y que alumbre nuestro entendimiento para que sepamos [y recordemos] cuál es la esperanza a la que hemos sido llamados, cuál es la riqueza de Su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de Su poder a favor de los que creemos. (Efesios 1:17-19)

Amados hermanos, vivamos cada día con sabiduría, invirtiendo bien el tiempo y priorizando lo que tiene valor eterno. Busquemos lo que conduce a la santidad, porque sin ella no podremos ver a Dios.

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